martes, 1 de octubre de 2013

El sexto sentido

Érase una vez un niño con 5 años que se llamaba Tomás. Un día en el colegio, la profesora Mari Carmen preguntó quién sabía cuáles eran los 5 sentidos. Todos levantaron la mano menos él. La profe le preguntó por qué no levantaba la mano y el niño contestó: ¿Sólo hay cinco sentidos? ¡Claro! – contestaron casi todos riéndose-. Pues yo debo ser el único que tiene un sentido más. Los compañeros volvieron a reírse. Mari Carmen pidió a Tomás que saliera a la pizarra y les explicara a todos los seis sentidos que tenía él. Tomás empezó a contarles: yo tengo el primer sentido en los ojos, que me deja veros; el segundo está dentro de mis orejas, y me deja oíros; el tercero lo tengo dentro de la nariz, y me deja oler el perfume de mi mamá cuando me despierta por las mañanas y se va a trabajar; el cuarto está en la boca, y me sirve para saborear el bocata que traigo al cole; y otro más, el sexto, está aquí - y Tomás se puso la mano sobre el corazón -, que a veces me hace sentirme triste, como cuando me mandan pronto a la cama, y otras muy contento, como cuando me llaman los amigos para jugar.

Irene Sánchez 6ºA

No hay comentarios:

Publicar un comentario